LOS MALOS ACABARÁN PAGANDO
Basilio Cálajan es, ante todo, un profesional que ama su trabajo. Eso que no lo dude nadie, ¡eh! Porque quien cuestione su amor por el orden y la ley -sobre todo por el orden- se las verá con su puño justiciero.
Eso sí, Cálajan, como todo policía, ha tenido también sus periodos de cansancio y escepticismo. Sí, esos años en los que algunos agentes dejan de creer que su papel en la sociedad es útil, y deciden aprovechar su posición de poder en beneficio propio... Pero esa temporada de debilidad ya pasó ¡eh! Y quien se atreva a cuestionarlooo...
En la foto lo tenemos en sus años mozos, cuando su ilusión por servir a la sociedad era tan inagotable como el agua de la Presa Nacional.
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Eso sí, Cálajan, como todo policía, ha tenido también sus periodos de cansancio y escepticismo. Sí, esos años en los que algunos agentes dejan de creer que su papel en la sociedad es útil, y deciden aprovechar su posición de poder en beneficio propio... Pero esa temporada de debilidad ya pasó ¡eh! Y quien se atreva a cuestionarlooo...
En la foto lo tenemos en sus años mozos, cuando su ilusión por servir a la sociedad era tan inagotable como el agua de la Presa Nacional.
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